El nuevo informe del Censo 2022 no solo indica que los inmigrantes en nuestro país están en un piso histórico. También ha mostrado un cambio en cuanto a la procedencia de la población extranjera llegada al país en los últimos años.

Según el trabajo elaborado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), de los 46.234.830 habitantes que hay en Argentina, casi dos millones son inmigrantes. Según analiza el informe del censo, la baja en la cantidad de inmigrantes viene siendo persistente desde hace más de 100 años. En 1914, por ejemplo, el porcentual de extranjeros era siete veces mayor que el actual, que hoy es el más bajo que se haya registrado.

La población que tiene una nacionalidad distinta a la argentina es un 0,2% menor respecto de 2010. Hace más de 100 años la inmigración alcanzó un pico del 28% y hoy es el 4,2 del total de los habitantes.

Dato llamativo

Un dato que llamó la atención tiene que ver con los inmigrantes de países latinoamericanos no limítrofes. La cantidad de extranjeros de esos países es el más alto de la historia argentina. En el podio de esas llegadas está Venezuela, el tercer país que más migrantes le dio a la Argentina en la última década, detrás de Paraguay y Bolivia. Los llegados de Paraguay fueron el 27% en tanto que los de Bolivia, el 17,5%, dos puntos porcentuales menos que en 2010.

Los venezolanos representan el 8,4% del total de inmigrantes, de acuerdo a los datos del censo. Es decir, que hoy más de 163.000 personas. El cuarto puesto de inmigrantes lo tiene Perú, y le siguen Chile, Uruguay, Italia, Brasil, España y Colombia.

El 10% de los que viven en Tucumán nacieron en otra provincia

La población europea que decidió venir al país mostró una nueva baja. En términos porcentuales, se redujo a la mitad de lo informado en el anterior relevamientio nacional de 2010.

Qué pasa en Tucumán

En Tucumán pasó algo similar que a nivel nacional: en comparación con 2010, en el último censo se incrementó la cantidad de inmigrantes provenientes de Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, que en la actualidad representan el 36,6% mientras que en 2010 eran el 28%. De todas maneras, la gran mayoría de los que llegan de otros países (63,4%) son de Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.

La provincia de Buenos Aires y la ciudad de Buenos Aires tienen la mayor proporción de inmigrantes, en comparación a las otras provincias. De hecho, la mitad de los extranjeros que registró el censo está en territorio bonaerense. Le sigue Mendoza, con menos del 3,4%. En Tucumán son 12325 (el 0,7%).

¿Por qué Tucumán?

Ninoska Merida es una de las tantas venezolanas que mudó a Tucumán en los últimos años. La mujer, de 52 años, abandonó su país natal en busca de un lugar más amigable para vivir.

“Vivir en Venezuela era un estrés permanente, todos los días nos levantábamos sin saber qué íbamos a comer, qué habría en el mercado”, recuerda. Confiesa que, cuando tomó la decisión de mudarse a Argentina junto a su familia, estuvo durante varios meses analizando en qué provincia se instalaría. “Las opciones eran La Plata, Tucumán o Mendoza. Estábamos buscando un sitio que tuviera universidades reconocidas porque nuestra hija estaba terminando el secundario. Nos decidimos por Tucumán porque pensamos que nos íbamos a adaptar más rápido debido a que es una provincia chica y tiene un clima más parecido al de nuestro país. Nosotros vivíamos en un estado con un clima muy cálido”, relata la mujer.

Merida no se arrepiente del cambio. Le gusta mucho Tucumán. “Estoy muy agradecida porque me recibieron bien; en general los venezolanos tuvimos una buena experiencia aquí. En mi caso, vinimos a trabajar, a producir, a para tener una vida tranquila y en paz, a olvidarnos de las colas que teníamos que hacer para conseguir comida”, remarca.

Sostiene que los tucumanos son muy amables y que, en general, valoran a los venezolanos. “Por supuesto que es difícil abandonar las raíces, las costumbres de uno, y que extrañamos nuestra patria. Tuve que dejar todo, vender mis cosas y emigrar con solo una valija de 23 kilos. Aquí logramos la tranquilidad que buscábamos. Con mi hija trabajamos las dos; nos sentimos útiles. Ella también estudia. Más allá de que uno sí se siente todo el tiempo que es del extranjero, en Tucumán estamos muy bien”. resumió.